Plataforma Laboral
+Más de 4.000 millones sin protección social
+INFONAVIT lanza programa para empresas
+Baja esperanza de vida para adultos mayores
Armando Téllez Flores
A pesar de la expansión sin precedentes de la protección
social durante la crisis generada por la COVID-19, más de 4.000 millones de
personas en el mundo siguen estando completamente desprotegidas, según un nuevo
informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El informe constata que la respuesta a la pandemia fue
desigual e insuficiente, aumentando la distancia entre los países de altos
ingresos y los de bajos ingresos, y no logró ofrecer la protección social indispensable
que todos los seres humanos merecen.
La protección social incluye el acceso a la atención médica y a la seguridad del ingreso, en particular para las personas de edad, en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, accidente en el trabajo, maternidad o pérdida del principal generador de ingresos de la familia, así como para las familias con hijos.
“Debemos reconocer que una protección social eficaz y
completa no sólo es esencial para la justicia social y el trabajo decente sino
también para la creación de un futuro sostenible y resiliente."
“Los países se encuentran en una encrucijada”, afirmó el
Director General de la OIT, Guy Ryder. “Este es un momento propicio para
utilizar la respuesta a la pandemia a fin de construir una nueva generación de
sistemas de protección social basados en los derechos. Estos sistemas pueden
proteger a las personas de futuras crisis y dar a los trabajadores y a las
empresas la seguridad para enfrentar las múltiples transiciones que se avecinan
con confianza y esperanza. Debemos reconocer que una protección social eficaz y
completa no sólo es esencial para la justicia social y el trabajo decente sino
también para la creación de un futuro sostenible y resiliente”.
El Informe Mundial sobre la Protección Social 2020-2022: La
protección social en la encrucijada – en busca de un futuro mejor ofrece un panorama mundial de la evolución
reciente de los sistemas de protección social, incluyendo los pisos de
protección social, y abarca las consecuencias de la pandemia de COVID-19. El
informe identifica los déficits en materia de protección social y formula
recomendaciones políticas esenciales, en especial en relación a los objetivos
de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
En la actualidad, sólo 47 por ciento de la población mundial
está efectivamente cubierta por al menos una prestación de protección social,
mientras que 4.100 millones de personas (53 por ciento) no se benefician de
ninguna seguridad del ingreso de su sistema de protección social nacional.
Existen diferencias regionales considerables en materia de
protección social. Europa y Asia Central tienen las tasas de cobertura más
altas, con 84 por ciento de la población cubierta por al menos una prestación.
Las Américas también tienen una tasa superior a la medida mundial, con 64,3 por
ciento. Asia y el Pacífico (44 por ciento), los Estados Árabes (40 por ciento)
y África (17,4 por ciento) tienen evidentes deficiencias en materia de
cobertura.
A nivel mundial, la gran mayoría de los niños aún no tiene
una cobertura efectiva de protección social; sólo uno de cada cuatro niños
(26,4 por ciento) se beneficia de una prestación de protección social. Sólo 45
por ciento de las mujeres con recién nacidos recibe una prestación de
maternidad en efectivo.
Sólo una de cada tres personas con discapacidad grave en el
mundo (33,5 por ciento) recibe una prestación por invalidez. La cobertura de
las prestaciones de desempleo es aún más baja, sólo 18,6 por ciento de los
trabajadores desempleados de todo el mundo están efectivamente cubiertos. Si
bien 77,5 por ciento de las personas con derecho a pensión de vejez reciben una
forma de pensión de ancianidad, persisten importantes disparidades entre las
regiones, entre zonas urbanas y rurales, y entre hombres y mujeres.
El gasto público en protección social también varía de
manera significativa. En promedio, los países destinan 12,8 por ciento de su
producto interior bruto (PIB) a la protección social (excluyendo la salud), sin
embargo los países de altos ingresos invierten 16,4 por ciento de su PIB en
protección social y los de bajos ingresos sólo 1,1 por ciento.
El informe señala que el déficit de financiación (el gasto
adicional necesario para garantizar al menos una protección social mínima para
todos) ha aumentado de alrededor de 30 por ciento desde el comienzo de la
crisis generada por la COVID-19.
A fin de garantizar al menos una cobertura de protección
social básica, los países de bajos ingresos deberían invertir 77.900 millones
de dólares adicionales al año, los países de ingresos medios-bajos 362.900
millones de dólares adicionales al año, los países de ingresos medios-altos
750.800 millones de dólares adicionales al año. Esto equivale respectivamente a
15,9; 5,1 y 3,1 por ciento de su PIB….
INFONAVIT lanza sistema para ayudar a empresas Repse a
cumplir con reforma al outsourcing
Para apoyar a las empresas y personas físicas registradas
bajo el Régimen de Prestación de Servicios Especializados (REPSE) con el
cumplimiento de sus obligaciones fiscales, en línea con la Reforma en materia
de Subcontratación Laboral o outsourcing y la Ley del Infonavit, el Instituto
del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores desarrolló el Sistema
de Información de Subcontratación (SISUB).
De acuerdo con la Reforma de Subcontratación Laboral, las
empresas y personas físicas que hayan obtenido su registro en el REPSE ante la
Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), están obligadas a
proporcionar cuatrimestralmente -a más tardar los días 17 de los meses de
enero, mayo y septiembre- la información de los contratos celebrados en el
periodo que se trate, como se establece en el artículo 29 Bis de la Ley del
Infonavit.
En este sentido, el Instituto puso a disposición de los
empleadores, el Sistema de Información de Subcontratación (SISUB), una
plataforma disponible desde el 1 de septiembre de este año que permite cargar
de forma electrónica la información correspondiente a los contratos celebrados
y de todos los registros patronales vinculados, así como las modificaciones o
adiciones a los mismos para cumplir con el requisito que establece la Ley del
Infonavit.
A través del SISUB, las y los empleadores podrán cumplir con
sus obligaciones vía electrónica durante las 24 horas, dar seguimiento a sus
solicitudes en línea y recibir notificaciones vía correo electrónico.
Para ingresar al SISUB, es necesario ingresar al Portal
Empresarial del Infonavit
(empresarios.infonavit.org.mx) y seleccionar en el menú “Mis trámites”
la opción “Sistema de Información de Subcontratación”.
El vencimiento de la fecha para cargar la información en el
SISUB estará condicionado a lo dispuesto en el penúltimo párrafo del artículo
12 del Código Fiscal de la Federación. Si el último día del plazo o en la fecha
determinada las oficinas ante las que se vaya a hacer el trámite se encuentran cerradas durante el horario normal de labores o se trate de un día
inhábil, se prorrogará el plazo hasta el siguiente día hábil. También se
prorrogará el plazo hasta el siguiente día hábil cuando sea viernes el último
día del plazo en que se deba presentar la declaración respectiva.
El Infonavit es una institución de solidaridad, servicio y
seguridad social del Estado, que tiene como objetivo otorgar crédito barato y
suficiente para que las y los trabajadores del sector formal puedan acceder a
una vivienda adecuada y formar un patrimonio. Asimismo, es la hipotecaria más
grande en América Latina y la cuarta en el mundo, desde su creación en 1972 a
la fecha, el organismo ha colocado más de 11 millones de créditos en México….
EN LA TERCERA OLA, LA ESPERANZA DE VIDA DE ADULTOS MAYORES
ENFERMOS DE COVID-19 SE REDUJO 17%
La pandemia por COVID-19 sigue siendo mucho más letal entre
personas mayores, a pesar de que 40 por ciento de la población mexicana que se
está contagiando tiene hasta 29 años, alertó el doctor Roberto Gutiérrez
Rodríguez, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Entre el 4 de abril y el 12 de agosto de este año, la tasa
acumulada de letalidad por el coronavirus bajó de 9.1 por ciento a 5.4 por
ciento, pero registró un incremento severo en el rango de 75 años de edad en
adelante, al subir de un promedio de 43 a 60 por ciento.
El jefe del Departamento de Economía de la Unidad Iztapalapa
precisó que en la tercera ola, la esperanza de vida en ese sector –en caso de
enfermar– se ha reducido en 17 puntos, de 57 a 40 por ciento, mientras que en
el de cero a 29 años, la tasa pasó de 0.9 a 0.3 por ciento, lo que implica un
aumento de 0.6 por ciento en la esperanza de vida.
Dada esta experiencia, lo ideal sería ajustar las prácticas
sanitarias de tal manera que no sólo sean pocos los adultos mayores que se
contagien, sino también que fallezcan, pues de otra manera se les estará
condenando al encierro en sus casas, a pesar de las vacunas, en contraste con
lo que sucede con los jóvenes, incluso si no se han inoculado, consideró.
Si bien los biológicos han contribuido a que la gente se
infecte menos del virus, éste genera un reto nuevo debido a que al alojarse, en
particular en quienes no están protegidos, sobre todo niños y jóvenes –con alta
probabilidad de requerir servicios médicos estrechos e incluso equipo de
cuidados intensivos– disminuirían las posibilidades de que individuos de edad
avanzada sean atendidos.
Como parte del seguimiento del COVID-19 en dicho
Departamento de la Unidad Iztapalapa y del análisis de estadística descriptiva
y comparada sobre infectados y fallecimientos, se separaron las tendencias
observadas en dos etapas: hasta el 4 de abril de 2021, cuando aún no iniciaba
la aplicación masiva y coordinada con los proveedores de las vacunas y la
variante Delta apenas empezaba a reconocerse como un problema diferente, por un
lado, y del 4 de abril al 12 de agosto, en coincidencia con el inicio de la
tercera ola, por otra.
En la primera parte, los afectados se concentraban en el
segmento de 30 a 49 años (41.8 por ciento del total) y de 50 años y más (35.7
por ciento); en un periodo intermedia, del 4 de abril al 13 de julio, bajó a 68
por ciento y en el último, del 13 de julio al 12 de agosto, a 39.8 por ciento.
Esto significa que el porcentaje de niños y jóvenes (cero a
29 años) pasó de 22.5 por ciento en la primera etapa a 32 en la intermedia y a
40 por ciento en la tercera, con un promedio de edad de 32 a 27 años y el
registro de los fallecidos de 50 años y más bajó de 83.8 por ciento en la
primera a 84.3 por ciento en la segunda y a 76.5 por ciento en la tercera,
reduciéndose el promedio de edad de los muertos, de 63 a 62 años.
En términos absolutos, en el primer periodo perdieron la
vida 107,348 mexicanos de 75 años y más, y en el segundo 46,108, es decir, casi
8,600 y 11,527 por mes, respectivamente; el total de niños muertos de cero a
cuatro años fue de 323 en el primer periodo y de 59 en el segundo, alrededor de
26 y de 15 al mes, en cada caso.
El doctor Gutiérrez Rodríguez indicó que este cambio
estructural en los contagios no se ha traducido en menores niveles de letalidad
entre los adultos mayores, sino en un incremento, a pesar de que 32 por ciento
de la población de 18 años y más ha recibido el esquema completo de vacunación,
más de 50 por ciento cuenta con una aplicación y los primeros beneficiados
fueron los adultos mayores.
Durante la última semana, la tasa de mortalidad fue de 3.6
por ciento, contra 3.0 en la anterior, no obstante que la acumulada pasó de 8.3
a 7.9 por ciento.
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